Por Javier Milanca

“El pulso del agua” Oscar Diaz Antillanka.
El libro desafía la concepción lineal del tiempo occidental al fusionar la cosmovisión mapuche con una narrativa futurista. Aquí, la visión del futuro no se basa en profecías lejanas, sino en la sabiduría del pasado ancestral, que está siempre presente.
La obra nos muestra que el paraíso no es un lugar al que se llega en el futuro, sino un estado de armonía y respeto que se construye “aquí y ahora”. La fluidez del agua simboliza este entrelazamiento, fluyendo del pasado (la “sangre de la placenta”) hacia el futuro (“el pulso del agua”), mientras late en el presente. En este sentido, el libro no solo honra el legado cultural mapuche, sino que lo proyecta hacia adelante como una forma de entender la realidad en su totalidad.
1. El Concepto del Agua: Símbolo de Origen y Flujo
El agua en la obra de Oscar Díaz Antillanka es presentada como el principio de los principios, un elemento fundamental tanto en la ciencia winka como en la cosmovisión del pueblo mapuche.
Agua palpable: Se hace una referencia directa al agua del nacimiento, el “agua de la placenta”, lo que establece al agua como un elemento del presente y del futuro, un ciclo de vida.
El pulso del agua: La obra sugiere que el agua tiene un pulso, una vibración y una energía propias, lo que la convierte en un sinónimo de vida que fluye y late.
2. La Dimensión Futura y el Pasado en el Presente
La obra tiene una naturaleza futurista que se contrapone a una idea sobre el pasado del pueblo mapuche.
Una visión de futuro: El libro nos lleva a un lugar futurista, lo cual es llamativo considerando que la cultura mapuche, a diferencia de la judeocristiana, no se enfoca en profecías o en un futuro paradisíaco.
Enfoque en el presente y el pasado: En la cosmovisión mapuche, el paraíso es “aquí”, en este mundo, y el pasado está siempre muy presente. El futuro no es algo que se adivina, sino que se construye a partir de las señales de la naturaleza y del respeto por lo que ya ha sido. El libro entrelaza estas claves del pasado con un futuro distópico o visionario.
3. Estructura y Simbolismo
La estructura del libro, y el simbolismo que utiliza, son elementos clave para su entendimiento.
Meli Witran: El concepto de las “cuatro partes” o los “cuatro puntos” está fuertemente presente en el libro, reflejando una organización y una cosmovisión mapuche.
La estructura del libro: La obra se compone de 30 capítulos, un conjuro final y una especie de colofón dedicado a “viajantes y salidas olvidadas”.
El color azul: Se habla del azul como un color recurrente en la literatura mapuche. Este azul representa el cielo, la profundidad, lo indecible y lo inenarrable. Se mencionan diferentes matices de azul: el “pewma” (azul que hace soñar), el “azul urbano” y el “azul futurista”, que simbolizan el fluir constante de la vida y el cambio.
4. La Relevancia del Pueblo Mapuche en la Obra
El autor del texto se pregunta: “¿dónde no está lo mapuche?”.
La presencia mapuche: La respuesta sugiere que lo mapuche está en todas partes en el libro, desde los conceptos fundamentales como el agua, hasta la organización numérica y las referencias culturales.
El número “meli”: Se profundiza en el significado del número cuatro (“meli”), no solo como un concepto místico, sino como una herramienta de medida y desmenuzamiento de la realidad. Se asocia con las cuatro estaciones (meli troy tripantü) y los cuatro puntos cardinales (meli witran mapu).
Este análisis nos permite ver cómo la obra de Díaz Antillanka es un tejido complejo donde cada hilo—desde la simbología del agua y el pulso, hasta la estructura del meli y el color azul—conecta lo ancestral mapuche con una visión de futuro. El libro no busca predecir, sino más bien honrar la sabiduría del pasado para interpretar el presente, recordándonos que el paraíso es un lugar que se vive y se construye “aquí y ahora”. En este sentido, “El pulso del agua” se presenta como una obra que palpita con vida, desafiando las concepciones lineales del tiempo y la realidad.